Hoy, día mundial de la creatividad y la innovación, queremos hablaros de cómo estos conceptos que parecen muy simples son, en realidad, el motor para que muchas de nuestras ideas se pongan en marcha o la sociedad y el mercado evolucionen.
La creatividad y la innovación son conceptos que están estrechamente relacionados, pero en los que podemos encontrar sutiles diferencias. Podemos entender la creatividad como ese acto en el que somos capaces de generar nuevas ideas, conceptos o soluciones a problemas existentes, mientras que la innovación implicaría poder llevar a la práctica esas ideas y generar valor a través de ellas.
La creatividad es innovación
Ambos conceptos caminan juntos y coexisten ya que, por ejemplo, no habría innovación sin la posibilidad de tener ideas creativas.
Pensamos que la creatividad es un don que tienen algunas personas al poder asociar ideas que en un principio no tienen nada en común. A este tipo de asociaciones o pensamiento, se le llama «pensamiento lateral». Pero lo que a veces no sabemos es que la creatividad, además de ser espontánea, puede ser cultivada a través de la práctica y el desarrollo de habilidades creativas.
Por otro lado, la innovación supone el hecho de llevar a la práctica esas ideas creativas al mercado, a la sociedad, a la industria o al día a día. Eso supone tener que involucrar nuevas tecnologías, procesos productivos, servicios y potencial humano, generando sinergias entre diferentes disciplinas para poder llevar a cabo esa idea creativa que se ha tenido. No necesariamente tiene que ser algo 100% nuevo que se va a poner en marcha, a veces solo es la evolución de algo que puede suponer un gran cambio.
La creatividad y la innovación: nuestros pilares
La creatividad y la innovación son esenciales para el progreso en diferentes sectores como son la tecnología, las artes, la ciencia o incluso en nuestro propio trabajo como empresa de envases metálicos. En la frontera donde se entrelazan la creatividad y la innovación es donde sucede la magia y ahí es donde se marca la diferencia en el sector empresarial y emprendedor.
En nuestro caso, nos gusta pensar que esa magia se sucede en un terreno intermedio entre las propuestas y necesidades con las que llegan nuestros clientes y los procesos resolutivos que realizamos en nuestra fábrica para poder realizar sus propuestas.
Marcando la diferencia
Tener ideas creativas que posteriormente se puedan llevar a cabo a través de la innovación (I+D+I) supone, para muchas empresas y emprendedores, marcar la diferencia de tal forma que, finalmente, se acaban convirtiendo en ideas que perduran y son recordadas.
Tips para poder desarrollar un pensamiento lateral:
Piensa fuera de la caja: A veces hay que pensar fuera de lo establecido y romper moldes para poner en marcha un proceso creativo.
Sé curioso: Tener curiosidad por cómo son las cosas o cómo se hacen es una de las mejores formas para impulsar la creatividad.
Experimenta: Probar nuevas ideas y enfoques, así como aprender de los errores acaba generando soluciones creativas.
Se persistente: Quizá esta es la más importante, porque muchas veces deseamos resultados inmediatos, pero la creatividad y la innovación necesitan de tiempo y esfuerzo. Se persistente y paciente.